15 de agosto de 2007

Hombre gris no naces...

... hombre gris te haces.

"Había una vez un hombre que siempre iba vestido de gris. Tenía un traje gris, tenía un sombrero gris, tenia una corbata gris y un bigote gris.
El hombrecito vestido de gris, hacía cada día las mismas cosas.
Se levantaba al son del despertador. Al son de la radio, hacía un poco de gimnasia. Tomaba una ducha, que siempre estaba bastante fría; tomaba el desayuno, que siempre estaba bastante caliente; tomaba el autobús, que siempre estaba bastante lleno, y leía el periódico, que siempre decía las mismas cosas.Y, todos los días, a la misma hora, se sentaba en su mesa de oficina.
A la misma hora.
Ni un minuto más, ni un minuto menos.
Todos los días, igual.
El despertador tenía cada mañana el mismo zumbido. Y esto le anunciaba que el día que amanecía era exactamente igual al anterior. Por eso, nuestro hombrecito del traje gris, también tenía la mirada de color gris.

Pero nuestro hombre era de color gris sólo por fuera. Hacia adentro... era un verdadero arcoiris. El hombrecito soñaba con ser cantante de ópera. Famoso.
Entonces llevaría trajes de color rojo, azul, amarillo... trajes brillantes y luminosos.
Cuando pensaba aquellas cosas, el hombrecito se emocionaba. Se le hinchaba el pecho de notas musicales, parecía que iba a estallar.
Tenía que correr a la terraza y...
- ¡Laaa - lala la la la laaa...!
El canto que llenaba sus pulmones volaba hasta las nubes. Pero nadie comprendía a nuestro hombre.
Nadie apreciaba su arte. Los vecinos que regaban las plantas, como sin darse cuenta, le echaban una rociada con la regadera. Y el hombrecito vestido de gris entraba en su casa, calado hasta los huesos.
Algún tiempo después, las cosas se complicaron más. Fue una mañana de primavera. Las flores se despertaban en los rosales. Las golondrinas tejían en el aire maravillosas telas invisibles. Por las ventanas abiertas se colaba un olor a jardín recién regado. De pronto, el hombrecito vestido de gris comenzó a cantar:
- ¡GRANADAAAAA...! -en la oficina.
Se produjo un silencio terrible. Las máquinas de escribir enmudecieron.
Y don Perfecto, el Jefe de la Planta, le llamó a su despacho con un gesto amenazador.
Y, después de gritarle de todo, terminó diciendo:
- ¡Ya lo sabe! Si vuelve a repetirse, lo echaré a la calle.
Días más tarde, en una cafetería, sucedió otro tanto. El dueño, con cara de malas pulgas, le señaló un letrero que decía:
"SE PROHIBE CANTAR Y/O BAILAR"
Y lo echó amenazándole con llamar a un guardia.
Nuestro hombre pensó y pensó.
¡No podía perder su empleo! Y tampoco quería andar por el mundo expuesto a que lo echaran de todas partes.
Y, al fin, se le ocurrió una brillante idea.
Al día siguiente, fingió tener un fuerte dolor de muelas. Se sujetó la mandíbula con un pañuelo y fue a su trabajo. Así no podría cantar. ¡Aunque quisiera! Y día tras día, año tras año, estuvo nuestro hombrecillo, con su pañuelo atado, fingiendo un eterno dolor de muelas."

Fernando Alonso
Lo ke suena: Pedro Aznar - Media Verónica

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